Las patentes en la transferencia de tecnología universitaria
La transferencia de tecnología desde los laboratorios de nuestras universidades a las empresas está llamada a jugar un papel clave en el sistema de innovación de algunos sectores tecnológicos vitales para la competitividad de nuestra economía. Estas actividades deben ir acompañadas de una adecuada gestión de las patentes asociadas a las mismas.
Autor: Gustavo Matías / Alfonso Calles Sánchez
Aunque a veces no exentas de polémica, las patentes son un vehículo idóneo para captar fondos para la investigación, y comercializar los resultados obtenidos. Sin embargo, la arraigada práctica entre los investigadores de publicar inmediatamente el resultado de sus investigaciones no es siempre compatible con la obtención de patentes. De hecho, sólo pueden ser objeto de este título de propiedad industrial aquellas invenciones que no hayan sido dadas a conocer con anterioridad a la fecha de solicitud del título de patente.
A este respecto, es necesario alcanzar un acuerdo a nivel mundial sobre un régimen de propiedad industrial que permita el establecimiento de un “periodo de gracia” previo a la fecha de solicitud de la patente durante el cual los investigadores puedan publicar sus investigaciones o ver la viabilidad técnica, incluso comercial, de las mismas sin comprometer la posibilidad futura de obtener la patente.
Periodo de gracia
Esta posibilidad existe actualmente en los EE.UU. y Japón, y en menor medida en España. Nuestra legislación contempla un período de gracia de seis meses únicamente para ensayos de naturaleza técnica. Sin embargo, la ausencia de una medida equivalente en Europa desaconseja el uso público de tal mecanismo para no imposibilitar la obtención de la patente en el resto del continente.
Llegados a este punto habría que mencionar el impacto particular de las patentes en dos sectores punteros en la investigación universitaria: el de las tecnologías de la información y el farmacéutico.
Numerosas empresas creadas por la comunidad universitaria pertenecen al sector de las tecnologías de la información, y es precisamente en este sector donde el uso de las patentes ha sido más polémico a ambos lados del Atlántico. De hecho, el Parlamento Europeo rechazó en 2005 una propuesta de Directiva sobre la patentabilidad de invenciones relacionadas con programas informáticos en la UE.
Pese a esta decisión de la Eurocámara, este tipo de patentes siguen siendo concedidas por las diferentes oficinas de patentes de cada Estado miembro y fuera de todo control del Tribunal Superior de Justicia de la UE. Recientemente un Tribunal británico (asunto Symbian) ha ampliado el ámbito de protección de estas patentes cuando, por fin, los Tribunales norteamericanos parecen estar abandonando su controvertida doctrina de aceptar que “casi” todo lo hecho por el hombre bajo el sol es patentable.
Gestión profesional
En otro sector clave como es el farmacéutico, las crecientes dificultades en lanzar un número satisfactorio de fármacos “significativamente nuevos” requiere la búsqueda de nuevos modelos de investigación, como los propuestos por varios profesores de la Universidad de Duke (parte de los creadores del programa de innovación del nuevo presidente norteamericano).
En concreto, se trataría de un nuevo modelo de colaboración universidad-empresa que permitiría a los investigadores universitarios, expertos en desarrollar novedosos e imaginativos ensayos en el campo de la bioquímica, acceder a las inmensas e insuficientemente investigadas colecciones de sustancias químicas que la industria farmacéutica viene manteniendo bajo secreto industrial o con una protección blindada bajo patente.
Por tanto, se impone la necesidad de una gestión profesional de las patentes en nuestras universidades, así como la revisión de algunos aspectos del régimen jurídico europeo en esta materia.
Fuente: madri+d
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LAS PATENTES EN LA TRANSFERENCIA DE TECNOLOGIA UNIVERSITARIA