Crece la fuga de Propiedad Intelectual mientras incrementa el fraude global
Escrito por Francisco Velasco (MRI-International)
Publicado: 3 Octubre 2017
El 82% de las empresas ha sufrido algún tipo de fraude durante 2016, lo cual supone un incremento de siete puntos porcentuales respecto a 2015 según el Global Fraud and Risk Report (Kroll, 2016). El impacto económico asociado a estos fraudes se ha estimado en unas pérdidas entre el 1-3% de los ingresos anuales para la mayoría (59%) de las empresas encuestadas.
En particular, en lo referente al mercado de la propiedad intelectual (‘IP’, por sus siglas en ingles, intellectual property), el informe apunta a que el 16% de las empresas han experimentado algún fraude de robo, piratería o falsificación de su propiedad intelectual (‘IP’, por sus siglas en ingles, intellectual property) durante 2016, lo cual supone un incremento alarmante en comparación con el 4% de 2015. Además, el 38% de las empresas han sufrido incidencias de seguridad que han resultado en robo o pérdida de IP en 2016, siendo el sector manufacturero el más afectado, con un 56% de las empresas analizadas sujetas a este tipo de incidencias durante el mismo año.
Estos datos sugieren que hay un desafío creciente para las empresas, de gestionar y proteger su propiedad intelectual e información confidencial en aras de poder mejorar (o no perder) ventaja competitiva. Este reto está particularmente acentuado debido a los efectos de la competición global, el incremento de las cadenas de valor, la contratación creciente de consultores externos, la utilización de sistemas TIC abiertos y el aumento de la movilidad laboral.
Para poder abordar este gran reto, es muy recomendable que las empresas tomen medidas urgentes para llevar a cabo auditorías de IP y secretos comerciales por parte de expertos cualificados, que permitan identificar todos los activos intangibles y analizar cuales deben ser protegidos y bajo qué forma. Estos procesos deben ir seguidos de la implantación de un plan de mitigación de riesgos que permita: reconfigurar cláusulas contractuales con los empleados, proveedores y clientes, definir estructuras y protocolos de acceso a información, priorizar y cualificar activos intangibles, conducir valoraciones económicas de IP crítica, implementar medidas de ciber-seguridad para proteger computadoras y sistemas online, y otras medidas de contingencia a determinar según la tipología y situación de la empresa.
Referencias:
Kroll. (2016). Global Fraud & Risk Report: Building Resilience in a Volatile World. New York, USA. Retrieved from http://www.kroll.com/en-us/global-fraud-report