China prosigue acortando la brecha en innovación
Han transcurrido ya dos décadas desde que China decidió apostar por el progreso económico y social potenciando las nuevas tecnologías. Desde entonces no ha parado de movilizar numerosos recursos en esa dirección, hasta lograr en 1999 que el gasto en I+D+i se incrementara un 20% anual. Posteriormente alcanzó en 2008 el 1,54% del PIB, y en enero de 2006, el Congreso Chino de Ciencia y Tecnología aprobaba el “Plan estratégico de Ciencia y Tecnología a Medio y Largo Plazo (2006-2020)”.
Esta carrera sin descanso ha llevado a China a basar la economía en su propia innovación. Lo ha logrado gracias a que el Sistema de Ciencia y Tecnología ha aumentado la capacidad innovadora de las empresas, hasta convertirlas en el eje principal de su futuro crecimiento económico. El objetivo de China era alcanzar en 2010 el 2% del PIB en inversión en I+D (a través de descubrimientos en áreas de interés mundial, tanto de desarrollo tecnológico como de investigación básica), y el 2,5% en 2020. Ha reducido la dependencia de tecnologías extranjeras en más del 30% y quiere estar en un futuro inmediato entre los cinco primeros países del mundo en número de patentes nacionales.
AUTOR | Isabel Navarro Fernández de Caleya. Directora de Innovación de Alma Consulting Group